DE LA CONQUISTA DE LA GRAN CANARIA
En tiempo de guerra, no podían matar ni cautivar mujeres ni niños, ni maltratarlos, antes los regalaban y miraban por ellos.
El loor de esta isla el único BARTOLOMÉ CAIRASCO, canónigo de Canaria, un discurso en la vida de SAN PEDRO MÁRTIR, que dice:
Está la afortunada y Gran Canaria
De las Atlánticas princesa
Do esparce el suelo su virtud Planaria
y pone a los sentidos rica mesa;
Do muestra una afición tras ordinaría
Haciendo a todo el orbe ilustre presa.
De lo mejor que en él se guarda y sella
Para ponerlo con ventaja en ella.
Aquí los frescos aires, las mareas,
El toldo de las nubes reveladas,
De los floridos campos las libreas,
Los verdes bosques aguas plateadas,
Las cañas, juncos, sándalos, eneas,
Los cantos de las aves variadas
En sagrado silencio, y paz entera
Sustentan una verde primavera.
Daba la inculta tierra varios frutos
Suave miel los riscos destilaban,
Y eran tan abundantes los tributos
Que todo el año los ganados daban
Que aquellos soberanos atributos
Del prometido reino aquí cuadraban:
"No son patrañas estas, no poesía,
Que mucha parte de ello dura hoy día,"